Garbanzos con congrio

Este mes el reto de "Kooking Pequeños Placeres" es muy especial para mi. Está dedicado a Aragón y de allí es mi padre y la mitad de mi hijo. Allí, en un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza de no mas de 200 habitantes en invierno,  llamado Villafeliche he pasado las vacaciones de mi adolescencia, juventud y parte de mi  madurez. Aunque ahora hace unos pocos años que por circunstancias de la vida no voy por allí, tengo muy buenos recuerdos y muy buenos amigos y por ello este plato va dedicado a todos ellos. Ui... que me emociono demasiado, porque les echo tanto de menos...

Igual a muchos os sorprenderá el nombre del plato por el congrio. Pero es que el congrio que se utiliza para elaborar este plato no es fresco, es un congrio seco y ahumado que yo únicamente he visto en Zaragoza, aunque probablemente se encuentre en otros sitios. Os he hecho una foto para que lo veais. Tiene un sabor muy particular, fuerte a ahumado. Por ello con un trozo tendremos bastante. Yo he puesto una tercera parte del que veis en la foto para cinco personas, y es mas que suficiente para dar sabor y color al guiso.

INGREDIENTES (para 5 pax)

400g de garbanzos

200g de espinacas

1 cebolla

1 puerro

1 hoja de laurel

100g de congrio seco y ahumado (en su defecto, podéis poner bacalao desalado...)

5 huevos de codorniz

1 trozo de pan

sal, aceite de oliva virgen extra

ELABORACION

La noche de antes ponemos los garbanzos en remojo y el congrio también en remojo por separado. 

Primero cocemos los garbanzos junto con el puerro, la cebolla y la hoja de laurel, aquí depende de si los hacéis de manera tradicional o en olla rápida, tardaran o dos horas o veinte minutos. Yo los hice de manera tradicional porque me parece que saben mejor y controlo mas el punto de cocción. Cuando les falten unos quince minutos de cocción, retiramos la cebolla y el puerro y añadimos el congrio troceado. 

Mientras se cuecen, freímos un trocito de pan en aceite y lo trituramos junto al puerro y la  cebolla. Lo volvemos a añadir a los garbanzos. Ponemos a hervir los huevos de codorniz. Cuando los garbanzos ya estén, les añadimos las espinacas y dejamos que cuezan un par de minutos. 

A la hora de servir, ponemos un huevo de codorniz en cada plato.